No. No todos en el mundo están interesados en la agricultura. A algunos ni siquiera les gusta, entonces ¿por qué obligarlos a hacer algo que no quieren hacer cuando pueden hacer fácilmente cosas que les gusta o les encanta hacer? Lo que a las personas les gusta hacer puede (y lo hace, actualmente) trabajar en asociación con una operación agrícola, sin importar el tamaño. Puede ser cualquier cosa, desde educación hasta industrial, desde comercialización hasta política. Permita que las personas que quieran cultivar tengan la oportunidad de poseer y operar una, pero bríndeles, especialmente aquellos que no saben cómo plantar un jardín o criar pollos, una educación para hacerlo. Una “educación” no significa un título o un certificado, significa la oportunidad de adquirir experiencia y conocimiento en el tema agrícola de interés.
Y, a cambio de que estas personas no agrícolas brinden a los agricultores (y a otros no agricultores) los servicios que necesitan, a cambio reciben alimentos y otros servicios. Idealmente, en un mundo ideal, casi utópico, de tipo no capitalista.
No todas las tierras son aptas para la agricultura tampoco. Algunas áreas tendrían dificultades para incluso cultivar papas, cuando la gente en tales áreas es mejor criando ganado como pollos o cabras. Pero lo mismo se aplica: a nadie le gusta cultivar ni criar ganado. Así que déles la oportunidad de hacer algo que aman que también los apoye a ellos y a la comunidad agrícola.