El agua del grifo en el Reino Unido ha sido segura para beber durante poco más de cien años.
Algunas partes del Reino Unido han tenido agua corriente desde el siglo XV, sin embargo, desde finales del siglo XVIII, el agua corriente estuvo disponible para casi todos, aunque Londres tenía la primera empresa de obras sanitarias establecida desde 1723. Hasta que se inventó la filtración y la purificación, el agua entubada era de calidad dudosa y fue responsable de muchos brotes de cólera, pero se introdujeron por primera vez, nuevamente en Londres, en 1829, y las plantas de tratamiento se extendieron lentamente por todo el país. Los estándares legales mínimos de calidad del agua se introdujeron por primera vez en 1855, y la cloración permanente del agua en el Reino Unido se introdujo en 1905, y el agua se ha considerado segura para beber de los grifos en las casas desde muy poco tiempo.
Prácticamente toda el agua en el Reino Unido se trata mediante una combinación de filtración de arena, luego un tratamiento químico para eliminar las impurezas y finalmente una cloración muy suave.
