La paja es un recurso que contiene carbono y una serie de nutrientes que pueden alimentar a las plantas. Al quemar la paja, destruimos el carbono y el N que escapan y contaminan el aire como óxido de carbono y óxidos de nitrógeno que son gases de efecto invernadero responsables del cambio climático. Además, quemar la paja es un peligro para la salud: sofoca a las personas cercanas y lejanas y aumenta su respiración y problemas relacionados con los pulmones (como sucedió en Delhi el año pasado). La única pequeña ventaja de la quema es que destruirá algunas plagas de insectos y enfermedades patógenas que se albergan en la paja y previenen la transferencia de estos organismos de una temporada a la siguiente.
Las alternativas a la quema incluyen : usarlo como mantillo para la próxima cosecha; compostar la paja en una esquina del campo y esparcir el compost resultante después de una o dos temporadas para mantener la fertilidad del suelo; usar la paja como alimento para el ganado (forraje) como en el sur de la India; usándolo como un medio para cultivar hongos; usándolo para madurar frutas maduras en paquetes, y usándolo como material de empaque para cosas delicadas. Todas estas opciones implican trabajo y cuestan algo de dinero a los agricultores. Si se usa inteligentemente, la paja puede ser un recurso valioso.