Usan diferentes tácticas para asegurar las mejores tasas de supervivencia. En el caso de los peces, debido a que la mayoría de los peces no crían (protegen sus huevos), tiene sentido juntar a cientos para que al menos unos pocos puedan evitar la depredación. En el caso de los pollos, que crían, tiene más sentido colocarlos solo unos pocos a la vez y protegerlos hasta que nazcan.
Entre los peces que crían, les toma mucho tiempo proteger sus huevos y este es el momento en que no pueden gastar buscando comida para producir más huevos. Los peces empollados también suelen poner menos huevos que los peces que los dispersan por cientos.
Por otro lado, los pollos están obligados por la evolución a proteger sus huevos o no eclosionarán, ya que los pollos son endotérmicos y sus huevos requieren calor para poder sobrevivir. Los huevos diseminados no son una opción para ellos porque la evolución los ha encerrado en un plan corporal de sangre caliente.