Bueno, para empezar, toda la vida en la tierra proviene de un ancestro común. Esa es una de las ideas más fundamentales dentro de la evolución y la historia natural. Una banana es aproximadamente un 16% similar a ti genéticamente precisamente porque tú y la banana comparten un ancestro común muy distante. No hay otra buena explicación. Usted y el árbol de plátano no comparten ninguna función común. Usted no hace lo mismo o vive el mismo estilo de vida. El hecho de que compartas tanto ADN es, en sí mismo, extraño. La única explicación decente para este ADN compartido es el ancestro compartido. Lo que es aún más extraño es que, al observar animales que están cada vez más estrechamente relacionados con los humanos, nuestro ADN se vuelve cada vez más similar. Nunca se ha encontrado ningún organismo cuyo grado de relación con otro organismo no pueda determinarse analizando la similitud en el código genético.
Esto también se aplica a las estructuras construidas por esos genes. Por ejemplo, mira estas imágenes esqueléticas de extremidades anteriores animales. Un brazo humano, un ala de murciélago y una pata de gato cumplen funciones totalmente diferentes y, sin embargo, están construidos con los mismos huesos en el mismo orden, con la única diferencia de que algunos de estos huesos se extienden o se encogen. La mejor manera de construir un ala definitivamente no es solo estirar los huesos en una mano humana, sino que es exactamente lo que ves en el ala del murciélago. Sería como descubrir que todas las alas de los aviones eran solo puertas de automóviles reutilizadas. Esto sería extraño e indicaría que los aviones deben haber sido diseñados modificando automóviles. Este no es el caso con aviones y automóviles. Las dos máquinas fueron diseñadas independientemente para hacer cosas diferentes. El motor de la turbina en un avión no funciona como los motores de los cilindros de un automóvil. Las alas del avión no son puertas de automóviles reutilizadas. Esto se debe a que cada una de estas máquinas se diseñó inteligentemente de forma independiente una de la otra. Pero nunca vemos esto en los organismos vivos. Cada estructura en cada organismo vivo es una modificación de otra estructura que se encuentra en otro lugar. Esto indica evolución.
Lo mismo es cierto para el ADN. Encontramos que los códigos genéticos de varios organismos son, en conjunto, las modificaciones de los códigos genéticos de otros organismos. Nada usa un código genético que no sea ADN y ese ADN siempre se lee básicamente de la misma manera. Incluso cuando hay diferencias menores, esas diferencias son consistentes con la evolución, existiendo solo dentro de organismos estrechamente relacionados. Las bacterias, por ejemplo, traducen su código genético de forma ligeramente diferente que los eucariotas, pero estas pequeñas diferencias “dialectales” son consistentes en todo el reino, incluso hasta las mitocondrias en sus propias células, que evolucionaron a partir de este reino.
Lejos de refutar la evolución, el ADN compartido entre humanos y plátanos es en realidad un gran ejemplo de evidencia para la evolución.