Para la mayoría de la población en la tierra, muy bien podría ser. Solo una minoría puede digerir la lactosa, un ingrediente principal de la leche.
Para mí, la leche es un gran laxante y no importa si es baja en grasas o no, tiene sabor a chocolate o no. Un vaso de 8 onzas lleno de cosas blancas se convertirá en un múltiplo de eso marrón espeso dentro de una hora más o menos. La acción de calambres suele ser un signo revelador para buscar un espacio privado.
Si quisiera tomar leche, tendría que tragar alguna píldora enzimática (utilizada para descomponer la lactosa) o comprar leche sin lactosa.
Siendo Suiza, encontrarán una manera de hacer que todos estos extranjeros consuman ese enorme excedente de leche y no escasean las leches sin lactosa, y la píldora es bastante asequible. Es irónico que sea un suizo que no tolere la leche, supongo. Cuando era niño, no existía la “intolerancia a la lactosa” en Suiza. Me descubrí a los 9 años, lo que significaba que era mejor no beber nada de leche, cambiar a café. Pero me di cuenta de que esto era una cosa cuando vivía en México. Muchas personas adultas de allí son intolerantes a la lactosa, incluida mi esposa.
En nuestro caso, toleramos una cierta dosis. Puedo beber una onza, tal vez 2 de leche. Sabor a chocolate. Pues parece que me gusta. Pero mi cuerpo no lo quiere, así que es un regalo muy ocasional, cuando no hay chocolate en la casa. (Lo cual no causa el mismo efecto, principalmente porque no comes mucho en un entorno y se introduce lentamente en el tracto digestivo).
