Lago de Garda, Italia, a fines del verano de 1998
Habíamos reservado un hotel barato con comidas incluidas. Esto fue un gran error ya que la comida era mediocre. Después de algunas comidas terribles, decidimos cambiar la cena para un almuerzo gratis que era una opción mucho mejor.
Ahora libres para deambular por las tardes nos dimos el capricho de una comida en un hotel que anteriormente era una villa frecuentada por Mussolini y su amante. Creo que este es el Ristorante Villa Fiordaliso.
Era una noche iluminada por las estrellas y estábamos sentados en una mesa en el césped que bajaba hacia el lago. No puedo recordar las opciones exactas que tomamos del menú, pero sí recuerdo tener sopa de patatas y trufas seguida de anguila ahumada. Recuerdo que fue una experiencia gastronómica fantástica. Hasta el violinista que vino a darnos una serenata y ni siquiera esperó una propina.
¡Muy recomendable!