La medida clave no es el tiempo sino la temperatura interna. La carne debe alcanzar una temperatura donde los patógenos que viven en ella serán eliminados por el calor.
Para que la carne de pollo sea segura para comer, necesita alcanzar una temperatura central de 165ºF. Para la carne de res es 160º F. No sé la razón de la diferencia entre esos.
Cuanto más gruesas sean tus piezas y más frías sean antes de tirarlas a la sartén, más tiempo tardarán en alcanzar esa temperatura segura.