La política puede variar según la cadena hotelera, pero al menos en un hotel en el que trabajé, la disposición de los consumibles no reclamados que quedaron en las habitaciones quedó a discreción del encargado de la habitación. A menudo, si el encargado de la habitación no lo reclamaba, se lo dejaba en el armario de la ropa para que se lo llevara cualquier otro empleado que pudiera estar interesado. No era raro que los invitados dejaran el alcohol no consumido como propinas para los encargados de la habitación con notas de agradecimiento adjuntas.
¡Los mejores deseos!