¿Alguna vez los ganaderos o ganaderos lloran por la muerte o el sacrificio de una vaca?

Ciertamente si. Mi padre mostró algo de su ganado en la Feria Estatal de Iowa y en el Congreso de Ganado Lechero y ganó Gran Campeón durante años. Durante ese tiempo él arregló y entrenó a los animales y juntos ganaron fama y prestigio de poca monta, en la década de 1950. Algunas de estas novillas pasaron a ser buenos ordeñadores en su rebaño de 35-40 vacas lecheras. Un productor de productos lácteos pasa horas todos los días con su rebaño, ordeñándolo y cuidándolo. Cuando el tiempo de las vacas individuales llegaba a ser sacrificado después de que sus días de leche habían terminado, papá lloraba al respecto.
De manera similar, cuando una lesión inesperada le quitó la vida a una de las vacas, lo vimos derramar lágrimas.
En la década de los 90, cuando las situaciones requerían dejar la manada, él era un tanto discreto con las palabras, pero después de ordeñarlas la última vez, llegaron los camiones. Después de terminar la carga, dijo entre lágrimas: “Podrían haber sido un poco más agradables, eso es todo”. Fue el final de una era y un momento conmovedor para mi padre lechero.
Sin embargo, la industria ha cambiado significativamente desde entonces. Ahora es menos probable que una persona de negocios de productos lácteos, dependiendo del tamaño de la operación, pase todo el tiempo en contacto directo con su rebaño, y mucho menos vacas individuales. Los empleados que están involucrados en el ordeño, pero que no tienen una relación propietaria con los animales, es poco probable que desarrollen ningún vínculo. Probablemente no haya mucho llanto en este caso.
Espero haber respondido a su pregunta.