La soda cáustica (hidróxido de sodio) es un buen agente de limpieza porque saponifica los aceites (los convierte en jabón), lo que los hace solubles en agua. De esa forma, pueden enjuagarse fácilmente.
Tenga en cuenta que el hidróxido de sodio concentrado también puede saponificarlo, por lo que será mejor tener cuidado al manipularlo.