El gobierno etíope ha causado un daño terrible a sus ciudadanos y un grave abuso de los derechos humanos a través de un proceso llamado “acaparamiento de tierras”. Esto implica que el gobierno “robe la tierra” a los pueblos indígenas, que han sido propietarios de esa tierra, a menudo durante siglos. El gobierno arrienda esta tierra a bajo precio a empresarios locales y extranjeros, alegando que es beneficiosa para Etiopía.
Lamentablemente, cientos de miles de personas han perdido sus hogares y sus medios de sustento, han sido forzadas a abandonar sus tierras, han sido desplazadas, incluso han sido encarceladas, torturadas y asesinadas por negarse a ceder sus tierras. Muchos de los empresarios que se benefician de la tierra “robada” son corruptos. El acaparamiento de tierras es un asalto a los derechos humanos y a las culturas indígenas.
Los disturbios sociales en Etiopía se han debido en parte a esta práctica vergonzosa del opresivo régimen etíope. Personalmente, fui testigo del “acaparamiento de tierras” cuando vivía en Etiopía, donde fui profesor durante 4 años hasta 2017. ¡Es impactante!
Visité una comunidad en Oromia, donde la gente local me dijo que el régimen gobernante les había arrebatado la tierra. A unos metros de sus casas, había exuberantes campos verdes, arrendados por el gobierno a un hombre de negocios adinerado. Los campos estaban siendo regadas por enormes pulverizadores de agua de alta tecnología alimentados eléctricamente, mientras que la gente local no tenía suministro de electricidad para sus hogares y dependía del agua de pozo. Me dijeron que solo les pagaban un dólar al día por trabajar para este empresario en la tierra que alguna vez tuvieron.
Cualquier extranjero, y cualquier empresario de Etiopía, que esté considerando arrendar tierras del gobierno debería pensarlo dos veces: los empresarios no deberían beneficiarse de la opresión y la pobreza. En cualquier caso, incluso si eres codicioso e impío y no te importa cómo ganas dinero, ten cuidado de que el gobierno etíope también te engañe, y podría ser una inversión que no solo perjudica a muchos etíopes pobres, sino que también podría dañarlo. ¡tú! Siga la regla de Dios: ponga los derechos humanos y la democracia por encima de las ganancias financieras y la opresión política. ¡No lastimes a las personas y no confíes en un régimen brutal y opresivo que pone su poder y sus propios intereses por encima de su gente!