Chocolates! ¡Sabroso!
Pero, ya que no quiere, “No, gracias” con una amplia sonrisa debería ser lo suficientemente bueno como para negarlo.
Si no funciona y se lo insiste con fuerza, trátelo en silencio y póngalo en el bolsillo.
Y cuando tengas la oportunidad de dárselo a un amigo que es un chocolate congelado o un niño hambriento en la calle, y la sonrisa que ves en su rostro te alegrará el día.
PD- Me encantan los chocolates. ¡Puedes ofrecerme en cambio! 🙂