El principal problema es la distribución, ya sea pura logística o política.
Existen abundantes suministros de alimentos, pero no se cultivan donde viven las personas que enfrentan la escasez. Llevar la comida del punto A al punto B es el problema. Debe hacerse económicamente: los alimentos que son demasiado caros debido a los costos de envío no se venderán. En algunos casos, esto solo se puede hacer con grandes subsidios pagados por alguien que no sea el consumidor.
Existen barreras artificiales erigidas para evitar el flujo libre de bienes, que a menudo incluye alimentos, establecidos por el gobierno para proteger a sus propios productores. Los aranceles y otros impuestos sobre los alimentos importados pueden volver a empujarlo fuera del alcance del consumidor. Entre estos ‘impuestos’ se encuentra la corrupción, en la que quienes tienen la capacidad de hacerlo eliminan los alimentos de la cadena de distribución para conservarlos, usarlos o venderlos por sí mismos. También existen barreras como las de la India que, para proteger las economías locales, prohíben el transporte de alimentos de un estado a otro.
