Hay muchas tonterías sobre cuánto debemos beber. Sí, somos en su mayoría agua, pero depende de las temperaturas y del nivel de gasto de energía. Puedes beber demasiado y beber muy poco.
Hay un viejo dicho: “Come, cuando tienes hambre; beber, cuando estás seco; y luego (si tienes suerte), vivirás hasta que mueras “.
Bebe cuando tu cuerpo te lo diga. Es así de simple.
No espere hasta que tenga la boca cerrada y se encuentre en una niebla mental: reaccione a la “sed” tan pronto como pueda.
Trabajo al aire libre, a pleno sol, en invierno encuentro que necesito beber 2 litros al día, pero en verano, entre 30 y 35 grados (Celsius), necesito duplicar eso. Esos días en que me veo obligado a pasar adentro de la oficina, bebería menos de 2 litros.
Mire su color de orina. La primera micción por la mañana será bastante oscura (deshacerse de los subproductos de la comida de la cena), pero a partir de entonces, apenas se verá coloreada, para despejarla. Su objetivo sería tenerlo claro.