No se trata de ser justo o injusto. Es una cuestión de si la economía tiene el cojín para soportar esta enorme renuncia. Hay otro peligro inherente. Puede abrir una caja de Pandora. Hoy son agricultores Mañana podría ser alguna otra categoría.
Siempre he pensado que la renuncia a los préstamos de los agricultores no es nada nuevo a lo que recurra este Gobierno. Fue hecho por gobiernos anteriores también. Es más por una compulsión política que como una política económica bien pensada. El manifiesto electoral de la mayoría de los partidos políticos promete tal renuncia y es cuestión de tiempo que se implemente.
Hubiera sido mejor si se pusiera a disposición de todos el seguro de cosechas para que los granjeros pudieran trabajar con mayor confianza y dignidad que esperar a que el gobierno les pagara.