Todas las grandes compañías de jugos, Tropicana, Simply Orange, Minute Maid, Florida’s Natural, etc. lo hacen de la misma manera.
Exprimen las naranjas para extraer el jugo y las colocan en grandes cubas de almacenamiento donde las pasterizan y eliminan el oxígeno de ellas para que sean estables para el almacenamiento a largo plazo (hasta un año). Este proceso de desaireación y almacenamiento áspero elimina casi todo el sabor natural.
Por eso, cuando extraen el jugo del almacenamiento para prepararlo para su venta al consumidor, agregan los denominados paquetes de sabor, que reintroducen un perfil de sabor estandarizado para el producto (razón por la cual el sabor nunca varía a lo largo de las estaciones). Los ingredientes de estos paquetes de sabores comienzan como subproductos de naranjas, aceites y esencias reales prensados de la pulpa y las pieles sobrantes después de que todo el jugo ha sido exprimido, por lo que no es necesario incluirlos como ingredientes en la etiqueta (o puede enumerarlos como “saborizante natural”), pero el proceso de transformación de la pulpa y la ralladura de naranja en estos paquetes de sabor implica una gran cantidad de procesamiento químico invasivo y una gran cantidad de estos productos químicos permanecen en el producto final. Un truco que sorprende a algunos poetas es la producción de butirato de etilo, que se puede hacer fermentando y destilando pulpa de naranja, produciendo etanol y ácido butadínico y luego volviendo a mezclarlos.
Si le interesa más detalles, el libro de 2009 Squeezed by Allissa Hamilton