No habrá suficiente comida y agua para los animales en la naturaleza. La mayoría de los animales no podrán sobrevivir en la naturaleza ya que han sido encerrados toda su vida. La ganadería vagará por las calles. Habrá animales muertos en todas partes. Como los animales que criamos como alimento componen el 98% de la zoomasa y se liberan repentinamente en la naturaleza, tomaría años para que el ecosistema alcanzara un equilibrio. El mundo entero estaría en caos.
Lo mismo sucedería si todo el mundo de repente dejara de usar vehículos que funcionan con gasolina y se cambian a vehículos ecológicos. 1,2 mil millones de vehículos serán arrojados a las calles. El mundo entero estaría en caos.
Lo mismo sucedería si todo el mundo repentinamente dejara de usar plástico y cambiara a otras alternativas. 9 mil millones de toneladas de plástico ingresarán al medio ambiente. El mundo entero estaría en caos.
Pero todos sabemos que todos los escenarios mencionados anteriormente son estrictamente hipotéticos. La demanda de algo nunca bajará repentinamente de miles de millones a cero en un solo día. A medida que la demanda de carne disminuya gradualmente con el tiempo, los agricultores dejarán de criar más y más animales. Los miles de millones de animales que criamos para la alimentación no se capturan de la naturaleza. Ellos son criados usando varios métodos de inseminación artificial. Cuando la demanda disminuye, no se espera que los agricultores continúen el proceso de reproducción.
De modo que la población de ganado disminuirá gradualmente con el tiempo y no habrá caos cuando se vuelva cero. Lo mismo sucede con los vehículos de gasolina y productos de plástico.
La oferta y la demanda funciona así.