El café verde tiene un sabor muy parecido al té verde. Es un sabor muy suave y (a diferencia del té verde, que es más fuerte) no muy agradable por sí mismo.
Los mejores resultados se obtienen bebiéndolo asado, molido y preparado por su método preferido. Cualquier resultado que se alegue al consumirlo en verde es una moda para la salud, y es poco probable que realmente haga algo.