¿Sería una sorpresa decir que como estadounidense estoy decepcionado con la mayoría de nuestros alimentos y la forma en que se anuncia en todas partes? Probablemente no. En todas partes, donde sea que nos encontremos, los alimentos con alto contenido de carbohidratos, grasas, azúcar se anuncian en vallas publicitarias, dulces presentados en cajas, infierno, ni siquiera puedo conducir a mi gimnasio sin oler una deliciosa barbacoa dulce de un restaurante cercano. Estos alimentos pueden ser tan adictivos como la cocaína y liberan receptores de dopamina como un medicamento. Estas compañías no se preocupan por nosotros, solo se preocupan de que nos enganchemos con sus productos.
He estado luchando contra esta adicción desde que era un adolescente. He hecho dietas de yo-yo, me he matado de hambre (en ayunas y tuve amenorrea), he trabajado excesivamente y todavía sigo fallando. Con todas las dietas que hay, tienes que entender mucho sobre la comida y el cuerpo. La autonomía de comer sano es compleja y requiere mucho tiempo y esfuerzo. Aunque fallo, siempre trato de intentarlo nuevamente y no darme por vencido. Al mirar al resto de mi familia que tiene diabetes y transportar tanques de oxígeno, renunciar no es una opción.