Mi padre solía decir que cualquiera que fuera capaz de sobrevivir era un buen agricultor, independientemente de la cantidad de tierra que poseyeran o de cuán grande fuera su granja. Sigo pensando que él tenía razón.
Alguien que cuida de su tierra, es cuidadoso con sus gastos y, por supuesto, sabe cómo cultivar o ganadería sería un “buen” agricultor. El que no hace estas cosas no va a lograrlo.