El fertilizante funciona en muchos niveles, incluidos los niveles que conocemos desde hace cientos de años, niveles que hemos descubierto en los últimos 5 a 50 años, y niveles que quizás aún no conozcamos.
Por lo tanto, como otros ya han escrito, el fertilizante alimenta a las plantas, les da materia (elementos básicos (como lo que está en la tabla periódica de elementos, principalmente) para darles lo que necesitan. Lo dividimos en 2 categorías, macronutrientes (nitrógeno, Fósforo, Potasio y la nueva entrada, Azufre) y micronutrientes (todos los demás elementos, tales como Cobre, Magnesio, Manganeso) que se usan en cantidades de aproximadamente 1/100 menos gracias a los macronutrientes.
Luego aprendimos que las enzimas necesitan cofactores (minerales) y coenzimas (vitaminas) para hacer cosas en humanos, plantas, bacterias, como almacenar fósforo para cuando no hay suficiente poniéndolo en gránulos listos para usar, almacenar carbono y quizás el más importante para los procesos químicos, el hierro (un micronutriente), y podemos apuntar a ciertas plantas.
Luego aprendimos que los microbios pueden hacer su trabajo, incluso hacer todas las vitaminas necesarias, así que si alimentamos microbios, podemos hacer que los microbios funcionen como una fábrica, extrayendo carbono del aire (fijación de carbono) y nitrógeno del aire (fijación de nitrógeno).
Luego, descubrimos que ciertos microbios o productos químicos quelatan minerales y, por lo tanto, pueden usarse para EVITAR que entren objetos no deseados en la planta, como el aluminio. Y, de manera similar, la quelación se puede utilizar para ayudar a ciertos nutrientes, como los fosfatos, a entrar en la planta.
Recientemente, en 2012, aprendimos algo nuevo: los microorganismos ayudan en la producción de defensas vegetales: ácidos jasmónico, ácido salicílico, limoneno, etileno, etc. Estas sustancias fortalecen el sistema inmunológico, limitan la infección microbiana en las hojas e incluso funcionan como pesticidas. y sí, el ácido salicílico parece familiar porque está en la aspirina.
¿Cuál es la razón simple de toda esta nueva complejidad? Tenemos tecnología que nos está ayudando a ver el genoma de los microbios, así como las proteínas que se producen y las vías involucradas (series de reacciones químicas y basadas en enzimas) que ocurren cada microsegundo en el suelo.
La historia reciente más loca – para resumir muchos puntos – que afecta a mi comunidad empresarial es el árbol de chile brasileño (Schinus terebinthifolius). Durante años, Florida ha estado tratando de deshacerse de esta hierba de rápido crecimiento que es flexible y puede convertirse en un árbol en 5 años. Es una especie evasiva de Brasil, pero NO es una maleza ni evasiva en Brasil. Por qué no?
Resulta que libera químicos de su raíz en el suelo, oscureciéndolo. El suelo de Florida no tiene suficiente diversidad bacteriana ni resistencia bacteriana a las toxinas, por lo que las raíces “se abren paso” por sí mismas, químicamente, superando a otras raíces y microbios. En Brasil, resulta que, al estar más cerca del ecuador, hay mucha más biodiversidad y eso significa una diversidad microbiana exponencialmente mayor. Sus microbios han desarrollado resistencia contra Schinus terebinthifolius, en efecto, protegen las tierras de cultivo de esta “hierba”.