Definitivamente con la televisión encendida, especialmente si estoy comiendo solo. Da una ilusión de compañerismo. Y de alguna manera creo que no percibo que comer es una actividad real, como si no miro algo mientras comen, es como si no estuviera haciendo nada, aunque el acto de comer merece una concentración total.
Pero si estoy comiendo con mi familia, no importa si la televisión está encendida o apagada porque hay una conversación en el comedor para completar cualquier pausa incómoda.