El escenario más probable: iría a la inspección secundaria agrícola, sería confiscado, sacrificado e incinerado.
Si pudieras persuadirlos de que era una mascota, podrías convencerlos de que lo pongan en cuarentena por 30 días (en tu moneda de diez centavos), pagas un montón de multas por no informarlo antes, y veas tu pollo de contrabando en algún momento del mes próximo.
O bien, si estaba dispuesto a pagar el gasto, podría enviarlo de regreso sin acompañante, o viajar con usted.