He guardado vino cuidadosamente, esperando diez o 15 años hasta que alcanzó su máximo potencial para beber. Año tras año deseando finalmente poder disfrutarlo al máximo.
Luego abrió la botella, solo para encontrarla tapada con corcho y sin siquiera usarla para cocinar.
Ciertamente derramó algunas lágrimas por eso.