La lágrima humana tiene una salinidad igual a la del agua de mar. Si, por casualidad, cualquier pequeño insecto cae en los ojos humanos, inducirá que las glándulas lagrimales derramen lágrimas en los ojos y el insecto muera, ya que no puede sobrevivir en medios salinos tan altos.
Si algunos piojos pequeños se adhieren a las pestañas de la raíz del pelo, será muy difícil eliminar esos piojos diminutos sin temor a dañar el ojo. En tal caso, si se vierte agua de mar sobre el insecto, morirá, pero no le sucede nada al ojo, porque el agua de mar provocará una pequeña sensación de quemazón, pero nunca dañará los ojos.