Debería ser el mismo que para los productos de la agricultura convencional: a través de análisis de residuos de muestras en laboratorios certificados. Esto por institutos o cadenas de supermercados.
Es muy probable que se encuentren residuos, lo que no significa que el producto no sea adecuado para el consumo. Muestra que los análisis de residuos son lo suficientemente sensibles como para detectar sustancias químicas en cantidades diminutas. Y siempre que estas cantidades estén por debajo de los límites legales, el producto puede consumirse sin problemas.
