No he crecido en un viñedo, pero mis abuelos tienen uno, y pasé mucho tiempo allí. Puedo asegurarles que es uno de los mejores recuerdos que tengo de mi infancia y adolescencia.
Cuando todavía era un niño, solía ir allí y alimentar a los pollos. Oh, sí, tuvimos muchas gallinas 😀 También les pedí a mis padres que me construyeran una cancha de básquetbol pequeña, así que a veces jugaba baloncesto con mis amigos. Ayudé a mi abuelo durante la cosecha, pasamos todo el día recogiendo uvas y después de eso lo ayudé, no sé la traducción real de eso, pero vamos a llamarlo un proceso donde las uvas se convierten en vino 😀 Solía pisar uvas y los prepara para el siguiente paso en ese proceso que es como un tipo de tradición en nuestro país.
Y cuando crecí un poco, cuando comencé a disfrutar el sabor del buen vino, solía ir allí con mis amigos a beber, a la barbacoa y siempre lo pasábamos muy bien juntos. Quiero decir, cuando subes allí ni siquiera tienes que hacer nada para disfrutar, simplemente siéntate y observa toda la “vida silvestre” a tu alrededor, el aire fresco, el sol y la hierba … es una sensación indescriptible.
Pero ahora no puedo permitirme ir allí con frecuencia debido a mis estudios, pero tan pronto como termine con mi semestre me voy. Especialmente ahora porque, mientras escribía esto, recordé todas las cosas buenas que mi viña tiene para ofrecer 🙂
