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Los refrescos contienen gas de dióxido de carbono disuelto bajo presión que puede hacer que el cuerpo sea más ácido debido al ácido carbónico. El cuerpo ácido es más propenso a enfermedades inflamatorias. Los refrescos pueden contener un nivel muy alto de azúcar y jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, que puede dar una oleada temporal de energía junto con la cafeína. Las colas pueden contener ácido fosfórico que puede interferir en la capacidad del cuerpo para absorber calcio y puede dar lugar gradualmente a osteoporosis, caries y ablandamiento óseo. El ácido fosfórico también ralentiza la digestión y reduce la absorción de nutrientes. Los refrescos también pueden contener edulcorantes artificiales, sabores, colores, conservantes, ácido cítrico que tienen sus propios efectos secundarios. Los refrescos también se enfrían y agregan cubitos de hielo. Beber demasiado caliente o demasiado frío no es una buena idea por razones de salud.
Si las personas no beben refrescos, es posible que no se observen beneficios de salud inmediatos, ya que el daño es como un veneno lento. Pero a la larga, las personas serán más saludables. Menos aceleración suprarrenal, menos antojos y adicciones, menos enfermedades inflamatorias, menos osteoporosis y ablandamiento óseo.