Nuestro microbioma es uno de los principales factores que impulsa nuestra expresión genética, activando y desactivando genes según los microbios presentes. Varias condiciones de salud y enfermedades crónicas se han relacionado con la composición de nuestro microbioma, incluida la depresión, la obesidad, la diabetes tipo 1 y tipo 2, la enfermedad de Crohn, las enfermedades cerebrales, el autismo y las alergias. Nuestro cuerpo es el hogar de aproximadamente 100 billones de bacterias, que realizan una multitud de funciones y necesitan un equilibrio y cuidado adecuados para mantener una buena salud. Nuestras bacterias intestinales influencian nuestra respuesta inmune. La respuesta inflamatoria comienza en nuestro intestino y luego viaja a nuestro cerebro, que posteriormente envía señales al resto de nuestro cuerpo en un circuito de retroalimentación complejo. Por lo tanto, es necesario obtener nutrientes específicos de nuestros alimentos para respaldar un microbioma saludable. Una dieta saludable puede fomentar la presencia de buenas bacterias intestinales. Por ejemplo, consumir alimentos fermentados como el miso y el chucrut aumenta el nivel de fermentación de bacterias en el intestino. Además, las frutas y verduras contienen fibras y azúcares que pueden aumentar la salud de las bacterias intestinales.
