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Cuando C. anthropophaga causa miasis cutánea, la mayoría de las veces las larvas se pueden eliminar sin incisión. Cubrir el punctum (el orificio para respirar) con vaselina o sustancias similares corta el suministro de aire y empuja al gusano hacia la superficie, donde es fácil de capturar con unas pinzas. Si esto no funciona, se puede administrar anestesia local y se puede realizar una incisión para ensanchar el punto y eliminar el gusano.
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Otro tratamiento discutido en el Diario de la Asociación Médica Estadounidense de marzo de 2014 es inyectar una combinación de anestésico y epinefrina en la cámara del insecto. Menos drásticamente, debido a que las larvas de C. anthropophaga tienen cerdas enganchadas más pequeñas en la cutícula que las de Dermatobia hominis, a menudo es práctico simplemente presionar cada lado del orificio para exprimir al gusano, especialmente después de agrandar primero el punto. Es importante no reventar la larva para prevenir el riesgo de una reacción inflamatoria grave o granulomatosa.
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Los pacientes deben ser monitoreados para detectar lesiones adicionales y posteriores, ya que el desarrollo no ocurre al unísono y algunas larvas pueden tardar más en alcanzar la etapa prepupal. Los antisépticos o antibióticos pueden ser útiles para prevenir la infección bacteriana después de la eliminación de las larvas, pero en la práctica no son a menudo necesarios; las secreciones de la larva tienden a desalentar el crecimiento bacteriano. Como regla general, se puede esperar que la herida sane fácilmente
