¿Alguien en el corredor de la muerte alguna vez pidió una última comida que fue tan difícil de conseguir, que retrasó su ejecución?

No, las prisiones han tratado de acomodar los últimos deseos de comida siempre que sea práctico, pero no hay leyes que indiquen que deben hacerlo, es solo una última muestra de compasión hacia los condenados. Son una tonelada de evidencia anecdótica que muestra que el prisionero condenado no obtuvo lo que pedía, y se quejó de ello antes de ser ejecutado.