¿Cómo se puede hacer que la agricultura sea más rentable para reducir el costo de los alimentos?

Creo que la premisa de la pregunta es defectuosa. Usted asume que hacer que la agricultura sea más rentable reduciría el costo de los alimentos. Entiendo la lógica en su suposición, pero olvidó las leyes de la economía. Nadie bajará el precio de sus productos solo porque se están ganando la vida.

Recuerde que la gran mayoría de nuestros alimentos son producidos por empresas transnacionales que no se preocupan por nada más que por las ganancias y los dividendos.

Los precios de los alimentos están determinados en última instancia por cuánto estamos dispuestos a pagar por ellos. Históricamente, los precios no han disminuido debido a los mayores rendimientos. Por supuesto, siempre hay excepciones a corto plazo debido a cosas como un rendimiento inesperadamente alto que la cosecha, pero en general los productores saben cuánto producir para satisfacer la demanda.

Una cosa que podría hacer para reducir los precios temporalmente sería reducir el desperdicio. Estadísticamente, la mitad de nuestra comida termina malgastada en la granja, durante el transporte y en las muchas paradas antes de la tienda de comestibles, y luego se desperdicia mucho en nuestras mesas o se deteriora en la nevera.

No entiendo por qué crees que una mayor rentabilidad resultaría en costos más bajos. Cualquier beneficio obtenido es adicional al costo de producción y distribución. Es bastante común que las reducciones en los costos den como resultado un aumento en los beneficios a menos que los mercados competitivos lleven la reducción al consumidor. También es común que aumenten los beneficios al aumentar el costo para el consumidor, ya sea aumentando el valor real o percibido del producto o mediante prácticas comerciales anticompetitivas. No hay manera de que el aumento de los beneficios en sí mismos conduzca a la reducción de los precios al consumidor.

Tal vez haya sido engañado por el error común de que, con fines de lucro, la empresa privada siempre opera de la manera más eficiente y se traduce en menores costos para el consumidor. Esto solo ocurre cuando hay mercados competitivos en un entorno regulatorio saludable. Estas condiciones también tienden a llevar las ganancias a niveles marginales y recompensar a los operadores más eficientes.

De hecho, el problema del mundo occidental es todo lo contrario: el costo de los alimentos es bajo y los agricultores tienen dificultades para llegar a fin de mes, especialmente si también tienen como objetivo producir alimentos de buena calidad.