Sí, para mi sorpresa. Mi boxeadora, pero estoy asumiendo todos los perros, solía ocultar su carne y huesos de cuello de cabra hasta que se volvía putrefacta (envejecida) y luego ella iba y la agarraba donde escondía la cosa y se la comía. También le gustaba enterrar su carne cruda para envejecer bajo tierra durante unos días y luego volver más tarde para comerla.
Tuve que detenerla de esta práctica de ella ya que atraía plagas no deseadas como mapaches y zorrillos.
Cuanto más apestoso, mejor en el mundo del perro.