Antes que nada, deshacernos de todo el marketing: la belleza externa y los controles digitales no tendrán ningún impacto en la calidad del agua.
Los dispensadores de oficina pueden dividirse en dos categorías: unidades basadas en botellas y en línea.
Si lo que le preocupa es la calidad del agua, no compre unidades a base de botellas. El agua se añejará dentro de la botella y será propensa a la contaminación cada vez que se dispensa una taza. La razón es que se debe inyectar aire en la botella para desplazar el agua y muy pocas de las unidades en el mercado tienen medidas efectivas que impidan que la contaminación del aire (y las bacterias) se absorban con el aire.
Las unidades en línea se basarán en un sistema de filtración de agua en el sitio, RO u otro. La calidad de este sistema de filtración determinará la calidad del agua de entrada, por lo que debe enfocarse en la atención. Prefiere las unidades que usan una membrana UF (ultrafiltración) para la filtración de bacterias.
Una vez asegurada la calidad del agua de entrada, estas unidades generalmente tendrán una línea directa para agua a temperatura ambiente, un simple calentador de agua para el agua caliente y una unidad de enfriamiento para agua fría basada en un compresor. Los modelos más elegantes también dispensarán agua carbonatada. Hay poca brecha tecnológica de una marca a otra, por lo que habrá poco impacto en la calidad del agua. Lo único que variará ampliamente es el aislamiento. Un mejor aislamiento dará como resultado una mejor calificación de consumo de energía y esto es lo que debe buscar.
Una vez que la unidad hace lo que tiene que hacer, debe tener en cuenta que podría constituir un peligro (fuga, incendio, descarga eléctrica, etc.). Al comprar una unidad, asegúrese de que tenga al menos sensores de fugas, detección de corriente y dispositivos de seguridad similares en su lugar. Su costo en producción es tan bajo que no hay excusa para que ningún productor los ponga.
