Las plantas silvestres no proporcionan mucha nutrición, en realidad, al menos no para los humanos. Las plantas que comemos son el resultado de miles de años de desarrollo, principalmente a través de la cría selectiva, para que sean más nutritivas. Los humanos son omnívoros. No tienen sistemas digestivos (cosas como estómagos múltiples y intestinos largos y largos) que les permiten pastar. Tampoco tienen la flora intestinal para descomponer la materia celulósica y convertirla en nutrición.
Muchas plantas silvestres tampoco son seguras para comer. Saber cuáles son seguros y cuáles te harán enfermar (o matarte) es conocimiento adquirido. Si no tiene el conocimiento, se arriesga a no sobrevivir.
Las proteínas animales (con algunas excepciones) se pueden comer con relativa seguridad. También contienen nutrientes que el cuerpo puede procesar rápidamente.