Para tratar de descubrir de qué se trata, supongo que se debe al alto contenido de colesterol de la yema de huevo, combinado con la correlación conocida entre el colesterol sérico (colesterol en la sangre) y la enfermedad cardíaca. Debido a esta correlación, hubo durante mucho tiempo una recomendación para reducir el colesterol en la dieta, incluido el de las yemas de huevo, para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca. Las claras de huevo se hicieron populares entre las personas conscientes de la salud porque tienen cantidades mínimas de colesterol y no contienen grasas.
Sin embargo, la correlación entre los niveles de colesterol en la dieta y el colesterol sérico resulta extremadamente débil, y no hay necesidad de evitar el colesterol en la dieta.
Resulta que una yema de huevo contiene muchas cosas, muchas de las cuales mitigan o contrarrestan los supuestos efectos nocivos de las grasas y los colesteroles. No hay una buena razón para que las personas sanas sin una contraindicación específica para evitar las yemas.
Pero incluso durante el apogeo del movimiento anti-yema, no había evidencia de que una sola yema fuera tan mala como un cigarrillo. No sé de dónde sacó eso.
