La clave es el uso de la palabra “revisión”. Las revisiones varían inherentemente entre individuos. Sustituya las palabras “gusto” y “vino” con las palabras “mirar” y “película” en su pregunta, y la respuesta debe ser clara: ¿podría construir una máquina que ofreciera revisiones de películas perfectamente consistentes? Tal vez, pero ¿esas reseñas de películas serían “correctas” o de algún valor?
No existe una reseña cinematográfica “perfecta”, ni debería haberla. Todos los gustos son diferentes. Lo mismo aplica para restaurantes, libros, música y, por supuesto, vino.