Sospecho que la respuesta variará de abogado a abogado. Aquí hay una breve historia sobre cómo el no tomar café funcionó para mí.
Disfruto de la elevación emocional de la cafeína. Además, es útil si he hecho ejercicio vigoroso y me siento un poco cansado (lo que sucede algunas veces a la semana). En un día típico, tendré uno o dos lattes con una dosis doble de espresso.
En una ocasión, estuve involucrado en una acción de reclamos menores. Este es el nivel más bajo de exposición y riesgo en lo que respecta al litigio.
Sin embargo, no soy litigante, por lo que esto fue significativo desde mi punto de vista. Había anticipado que mi nivel de energía ya sería lo suficientemente alto, por lo que no había necesidad de aumentarlo con cafeína.
El juez estaba alternando entre la otra parte y yo, preguntando sobre puntos específicos. La otra parte fue muy emotiva. Cuando a él no le gustó algo que el juez comenzó a decir, ¡trató de cortar al juez! Tanto el juez como el alguacil inmediatamente le dijeron que no hiciera eso.
Entonces el juez me preguntó qué tenía que decir sobre ese tema. Me sorprendió lo silencioso, casi manso, que era. Pero mientras hablé con calma, a un ritmo moderado, teniendo una conversación normal, pude ver que el juez respondió positivamente. Mi sensación era que estaba aliviado de no ser confrontado y realmente interesado en lo que tenía que decir.
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Recibí un juicio a mi favor. Creo que eso resultó, principalmente, de los hechos y la ley relevante. Sin embargo, también creo que mi actitud tranquila y segura reforzó la aparente conclusión del juez de que era más creíble y de que lo que decía tenía más sentido.
Me alegré de que la cafeína no fuera la decisión correcta.
