Supuestamente, la costumbre se originó con el emperador Qian Long, que solía viajar por el país disfrazado. En una de esas excursiones, estaba en un restaurante y le sirvió una taza de té a su sirviente. Como no quería revelar la identidad del emperador haciendo una reverencia, el sirviente en cambio inclinó los dedos sobre la mesa para expresar gratitud y respeto.
Ver http://en.wikipedia.org/wiki/Chi…