Si fuera un helado, ¿cuál sería y por qué?
Mi primer pensamiento es un sabor absolutamente delicioso, más exótico que cualquier sabor que haya probado.
Cuando haces esa pregunta, me pongo en la piel del vendedor de helados. Y piensa en el tipo de sabor que disfrutaría.
Naturalmente, me gustaría ser un sabor que personalmente me gustaría comer.
Cuando te hicieron esa pregunta, te metiste dentro del helado y posiblemente la idea de que te lamieran, te molestara.
Entonces, la verdadera pregunta aquí es por qué tú y yo pensamos de la manera en que lo hicimos.
En la situación dada, me coloqué en una posición en la que podía disfrutar de algo. Te pusiste en una donde la persona te estaba “disfrutando” y tú no. Por ejemplo, estaba pasando un buen rato a costa tuya. Tus intereses se oponían y para que él se lo pasara bien, tenías que sentirte explotado.
No podrían pasar un buen rato juntos, haciéndose felices sin cruzar el espacio personal del otro.
Así que sí, aunque esta es una indicación muy sutil, es posible que percibas una amenaza para ti: la persona que realmente eres, en tu corazón; por personas que probablemente no te entienden y así intentan cambiar tus límites para que te gusten, mientras ofreces poca o ninguna resistencia.
No estoy sugiriendo que los “otros” sean manipuladores. Es solo que, en tus momentos débiles cuando no te sientes cómodo con tu piel, permites que ellos definan un nuevo yo y ahora estás teniendo dificultades para elegir entre los dos “tú y los reales” en los que te sientes amenazado en el proceso.
Creo que deberías pasar más tiempo haciendo lo que realmente amas, estar con personas que están en la misma onda que tú y amarte y respetarte por lo que realmente eres. Solo cuando te aprecias y te aceptes, los demás te aceptarán.
Creemos que necesitamos la aprobación de los demás y nos preocupamos constantemente por lo que otros pensarían si usáramos esto o lo hiciéramos, pero en realidad es solo nuestra propia desaprobación lo que da lugar a tales pensamientos.
Aprobátete, ámate a ti mismo y acéptate a ti mismo. Completamente. Por quien tu eres. Y nunca tendrás que mirar fuera de ti para amor y aceptación.
Otros nos tratarán de la misma manera en que nos tratamos a nosotros mismos. En nuestros pensamientos, palabras y acciones. ASÍ TE GUSTA BIEN. 🙂