Muchas de las principales empresas de alimentos y bebidas subcontratan trabajos de garantía de calidad de campo a empresas de terceros. Visitan y realizan pruebas en una muestra de lugares elegidos al azar en su mayoría (los clientes más grandes suelen figurar explícitamente en la lista, como McDonald’s en el caso de Heinz o Wal-Mart en el caso de Coca-Cola) e informar violaciones cuando se encuentran.
No es un sistema perfecto, pero la logística y el costo de probar con frecuencia a todos los consumidores serían enormes. El principal beneficio para las compañías de alimentos y bebidas es que este tipo de pruebas actúan como un elemento de disuasión contra el fraude.
Un programa similar sería el de los compradores secretos que se usan en tiendas minoristas como Wal-Mart y Target para evaluar el servicio al cliente.