La receta más básica que puedo pensar que es un buen punto de partida para los experimentos es “3-2-1”.
- 300 gramos de harina blanca
- 200 gramos de mantequilla, cortada en cubos pequeños
- 100 gramos de azúcar
- 1 huevo (50-60 gramos)
- pizca de sal
Trabaja en un lugar fresco. Mezcle todos los ingredientes con sus manos. Si la masa es demasiado pegajosa / mojada, agrega la harina. Trabaja rápido y no te excedas . Forme una bola, coloque una película adhesiva y refrigere durante al menos media hora.
En una superficie espolvoreada con harina, extienda la mitad de la masa hasta 2-4 mm de grosor. Cortar en las formas deseadas, poner en la bandeja de respaldo cubierto con papel de hornear y hornear a 200 grados centígrados durante unos 10 minutos o hasta que los bizcochos tengan su color preferido.
Aumentar la cantidad de azúcar a expensas de la mantequilla da como resultado galletas crujientes y la masa se vuelve menos complicada para trabajar. Al revés, la masa es muy delicada, pero los bizcochos se derretirán en la boca.
La misma masa también se puede usar para cajas de tartelettes para hornear a ciegas que pueden llenarse con flan, frutas frescas, etc.