El mayor cambio que probablemente experimentes son los niveles de hormonas.
Sus hormonas leptina y grelina influyen en su sensación de hambre y plenitud. Los cambios repentinos a los hábitos alimentarios, como el ayuno o el exceso o el bajo consumo, influyen en estos niveles.
Los cambios más sutiles con el tiempo retendrán más o menos un nivel normal de hambre y saciedad. Comer un poco menos o un poco más debe equilibrar su hambre.