El vino a veces se usa como una referencia simbólica a la “verdad última”.
Esto es cierto, por ejemplo, en la lectura del “Rubaiyat” de Omar Khayyam.
El “vino de la vida” no es una referencia al alcohol o la intoxicación.
Es una referencia a estar intoxicado en el contexto de “experiencias espirituales” y la adquisición de sabiduría. El vino es una referencia a la experiencia del Trascendente, o lo que se llama “Dios” o “Mente”.