El método más seguro y más fácil es usar una caldera doble.
Consiste en una olla de agua, aproximadamente a la mitad, que se calienta a ebullición. Luego coloque la olla superior ligeramente más pequeña que contiene el chocolate en la parte superior, y revuelva constantemente a medida que se derrita el chocolate.
Si calientas la olla con el chocolate directamente sobre la fuente de calor, es fácil quemarla o quemarla, lo que arruina el sabor y la textura.