Años, incluso por una década o más. Solo mantenga las latas secas, ventiladas y libres de daños. Cuando abra la lata, compruebe que no haya hinchazón, presión, fugas, perforación, corrosión u otro daño, o que el interior de la lata no esté descolorido o muestre signos de actividad química.
Puede encontrar que la leche condensada enlatada puede volverse más amarillenta con la edad, pero el contenido está bien. Los alimentos ácidos (como frutas, jugos, productos de tomate o “pop-latas”) pueden haber comenzado a corroerse desde el interior y pueden tener fugas o tener un sabor metálico. No comas los contenidos.
NUNCA bajo ninguna circunstancia pruebe ningún alimento de una lata hinchada o con un contenido maloliente. (Las únicas excepciones a la regla de la lata hinchada son las latas de refrescos, algunos quesos de estilo suizo enlatados, un poco de café en lata, que en ocasiones puede tener gases en el interior).