La neuroquímica de la cafeína es complicada. Muchos receptores se ven afectados por esto. Estos receptores son complejos, compuestos de muchas subunidades que tienen muchas variantes genéticas en la población. En consecuencia, no es raro encontrar personas con respuestas exageradas o silenciadas a sus efectos.
Debido a que estas variaciones en respuesta a la cafeína generalmente son genéticas, es probable que sean estables durante la vida de una persona.