La cáscara de mango contiene varios pigmentos de los cuales la clorofila es más notable cuando la fruta todavía está verde. Al madurar, la clorofila se descompone lentamente, que es cuando los otros pigmentos se vuelven visibles; rojo y amarillo. Tal como sucede en otoño cuando las hojas cambian de color.
El cambio de color es hacer que la fruta sea atractiva para muchos animales que al comer la pulpa ayudan con la liberación y la diseminación de la semilla. Los humanos desarrollamos nuestra visión roja relativamente tarde, cuando comenzamos a incluir frutas en nuestras dietas. De esta forma podríamos distinguir entre maduro y verde. El color rojo solo es percibido por los animales; primates y humanos son ejemplos. Las plantas y los animales se desarrollan uno al lado del otro, uno dependiendo del otro.
