Considero que Pomfret, que se encuentra en el Mar Arábigo y en la Bahía de Bengala, es una de las variedades de pescado más sabrosas. Tiene un sabor delicado aunque es bastante huesudo. La caballa española que se encuentra en la costa panameña es carnosa, menos huesuda y bastante sabrosa cuando se fríe en sartén. Y, finalmente, he probado las más frescas sardinas a la parrilla del Mar Mediterráneo en el mercado de La Boquería en Barcelona, y las encontré entre los peces más sabrosos que se podían encontrar.
Algunas personas cocinaron demasiado pescado blanco y lo desintegraron. El pescado más carnoso tiende a ser gomoso o masticable si se cocina en exceso. El pescado fresco no necesita mucho sazonamiento y mucho tiempo para cocinar para que tenga un excelente sabor.